La bolsa es mala

Jordi Pigem, en su libro “Buena Crisis” habla de que “la alquimia ha sido sustituida por la especulación financiera: se trata de crear oro artificial que a partir de la nada pueda multiplicarse sin límites. Más del 98% de las transacciones monetarias que se efectúan hoy en el mundo no corresponden a la economía real, sino a dinero ávido de beneficios a corto plazo que circula por mundos abstractos, desligados de bienes reales y de criterios éticos, sociales o ecológicos”.

Otro libro  interesante en esta línea es “Dinero y Conciencia” , de Joan Antoni Melé. Comenta que al colapso de la economía especulativa lo estamos llamando “crisis”. También apunta que el dinero especulativo tiene su raíz en la codicia de los individuos, que el estallido de la burbuja financiera nos indica que estamos ante una crisis de conciencia, de valores humanos.

Y como dice Francisco Álvarez en su libro “La Bolsa en tu bolsillo” todos somos inversores. Porque aunque no invirtamos directamente, nuestro dinero depositado en los bancos se utiliza para invertir en Bolsa. Aquí nos topamos con un dilema habitual no sólo en Bolsa sino en todo lo que rodea a la economía. Tiene que ver con el refrán “ojos que no ven, corazón que no siente”. Un ejemplo: Yo puedo ser un ecologista convencido que ahorra religiosamente y no derrocha de manera consumista. Al ingresar mi dinero en el banco, éste lo coge y lo invierte en Monsanto (70 $ la acción y unos 38 millones de capitalización), una empresa que se dedica entre otras cosas al comercio de semillas transgénicas.

En varios libros de autores americanos he leído que más del 80% de los inversores y especuladores pierden dinero. El “Holy Grail” simplemente no existe.

Un cóctel bastante contradictorio: la Bolsa tiene muy mala fama y además es muy difícil obtener beneficios en ella.

Publicado por

Lucas Machouse

Soy Lucas MacHouse, psicólogo y un estudioso de la Bolsa. Ambas facetas me apasionan. Y aunque a primera vista puedan parecer irreconciliables las emociones, lo subjetivo, lo profundo… de la persona con la frialdad, lo superficial, lo cuantificable de los números y el dinero, la conexión entre ellas es amplia y rica.

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