La bolsa es buena

José Antonio Fernández Hódar, en su libro “Manual del Buen Bolsista” describe con detalle la función de la Bolsa. Habla de tres funciones principalmente: Primero es canalizadora de ahorro, esto es, permite que la gente que acumula capital excedente obtenga unos beneficios de éste. Esta es la “zanahoria” de los inversores y de los especuladores. Aquí es donde surge la fantasía de dar la campanada. De conseguir lo que los autores de habla inglesa llaman “The Holy Grail” (El Santo Grial). Encontrar la fórmula, el sistema que nos permita conseguir una abultada suma de dinero. Es una realidad que lo máximo que podemos perder “sólo” es el cien por cien de nuestra inversión y podemos obtener retornos ilimitados. En fin, esto es lo que a todos los que tienen intención de invertir en Bolsa les gusta escuchar.

Por otra parte,  permite la financiación de las empresas. La mayoría de los grandes proyectos de nuestra civilización actual no hubieran sido posibles si las empresas no hubieran contado con el apoyo económico de los inversores.

Y finalmente, es un barómetro de la economía. Se dice que el estado de la Bolsa anticipa varios meses el de la economía.

En relación a la segunda función de la Bolsa, hay otro libro interesante, que ilustra de manera genial cómo la bolsa, y el dinero en general, han permitido que se llevaran a cabo proyectos tecnológicos, sociales, empresas, guerras… a lo largo de la historia y que explica de alguna manera cómo hemos llegado hasta aquí en la civilización moderna. Me refiero a “El triunfo del Dinero. Cómo las Finanzas mueven el Mundo” de Niall Ferguson.

En esta misma línea, Kostolany, en su libro “Enseñanzas de Kostolany”, apunta que sin el dinero que obtienen las empresas de su cotización en Bolsa, no hubieran existido las grandes aventuras económicas, no hubiera sido posible el desarrollo económico de los siglos XIX y XX con el ferrocarril, la navegación, el Canal de Suez, la apertura de minas y yacimientos de petróleo, las grandes industrias modernas del automóvil, la aviación, los ordenadores, la electrónica…

Más adelante podemos ver alguno de estos temas con más detalle.

Publicado por

Lucas Machouse

Soy Lucas MacHouse, psicólogo y un estudioso de la Bolsa. Ambas facetas me apasionan. Y aunque a primera vista puedan parecer irreconciliables las emociones, lo subjetivo, lo profundo… de la persona con la frialdad, lo superficial, lo cuantificable de los números y el dinero, la conexión entre ellas es amplia y rica.

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