Bell Book and Candle es un grupo de música alemán (vaya, qué casualidad) que en 1997 triunfó con la canción “Rescue Me”, o sea, rescátame (toma, otra casualidad).
La canción empieza diciendo:
“Yeah, i wanna have the time and i wanna see you cry
i wanna feel your body and i wanna get closer
gotta rescue me, rescue me, rescue me, let me have a good time
and i wanna see you laughin and i wanna feel rain…”
(traducción libre y resumida: rescátame que nos vamos a divertir…)
Y llegó el RESCATE. El sábado, 9 de junio, por la tarde, nos sorprendieron los del Eurogrupo. Qué gente más currante, yo me hubiera ido de cañas…
La Teoría Clásica de la economía sentenciaba que el libre mercado se regula de manera autónoma, la oferta y la demanda tienden al equilibrio. El liberalismo económico clásico da por hecho que cuando se produce un bien, también se han producido los medios para su compra (Ley de Say). Así que, hala, a fomentar la producción y la oferta para que la economía prospere. Y empezamos a plantar pisos por doquier cual jardín primaveral.
A lo que nos dimos cuenta el invento se nos convirtió en una elegante y frágil pompa de jabón cual burbuja ingrávida. A Zapatero en cuatro tardes le explicaron que Keynes tenía la solución, que los de la Teoría Clásica se equivocaban (como la paloma de Alberti). Keynes decía que lo que había que incentivar no era la oferta sino la demanda, el consumo. ¿Cómo? A través de la política fiscal de los Estados, esto es, aumentando los gastos públicos y con un nivel bajo de impuestos (esto conseguiría un efecto multiplicador, generador de riqueza). Lanzaron el plan E (Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo) que ayudó a… aumentar el déficit.
La política fiscal trata de asignar recursos donde menos hay, redistribuirlos para conseguir más equidad y lograr la estabilidad, sobre todo frente a la inflación y el desempleo.
Pero la política fiscal keynesiana fracasó en los años 70, ya que no pudo evitar que la crisis del petróleo de 1973 aumentara la inflación y el paro (esto es, la estanflación).
Otra crítica importante a la política fiscal, también llamada efecto expulsión, es que el Estado, para aumentar los gastos y reducir los impuestos emite mucha deuda. Consecuencia: La gente se dedica a invertir su dinero en deuda pública, que es más rentable y “segura” que hacerlo en el mercado privado. Y esto es uno de los mayores problemas de los estados actualmente (y sobre todo de los PIGS o periféricos), que deben dedicar gran parte de su PIB más que a pagar su deuda, a pagar los intereses de esa deuda.
Otra crítica: provoca déficit comercial: reducción de las exportaciones.
Finalmente, los expertos argumentan que para que funcione correctamente una política fiscal hay que respetar el ciclo económico. Por ejemplo: una política fiscal restrictiva (bajar el gasto público y subir los impuestos) en una fase de recesión está condenada al fracaso (lo dice hasta Obama). Y esto es lo que el Gobierno está haciendo.
A los del Eurogrupo no les sirven estas razones y siguen insistiendo en continuar con la política fiscal Keynesiana (nos rescatan insuflando dinero en el sector bancario). Quizás no tengan (o tengamos) otra alternativa o, tal vez, permitidme que acabe con una versión muy personal de una canción de Juan Luis Guerra: “pero ¿quién rescató a quien?” (“… pero ¿quién descubrió a quién?…” del tema “El costo de la vida”, en su versión original).
La vida es apasionante, descubre tu suerte.
Lucas MacHouse
(psicologiadelabolsa.com)
osea,q dios nos coja confesados..excelente articulo.insuperable…hasta el siguiente,claro esta.enhorabuena