La Bolsa tiene un sabor especial.

Sevilla tiene un color especial. Feria de Abril.

(Música de “Los del Río”: Sevilla tiene un color especial…)

Abril, Feria de Sevilla. Los sentidos se afinan y se alborotan. En las casetas: pescaíto, jamón del bueno, salmorejo… fino de Jerez o manzanilla. Mucha guapa suelta con traje de feria y mantón de Manila. Mucha elegancia paseando a caballo o en carruajes. En cualquier rincón el cante y el baile por sevillanas… Y por la noche, los farolillos anuncian la jarana. No hay sentido que no esté de fiesta: la vista con tanto color, baile, y gracia; el olfato y el gusto del comer y el beber; el oído con la música y el acento del sur; y el tacto…, si nos dejan, claro.

Como dice la canción, Sevilla tiene un color especial.

Desde este escenario  inigualable donde gozan los sentidos, vamos a estudiar un poco (después nos podemos ir de juerga).

Feria de Abril en Sevilla.

Hablando de los sentidos, los psicólogos han descubierto un comportamiento muy peculiar, no sólo en las personas, también en los animales. Se llama la “aversión condicionada al sabor”. Consiste en la repulsión o aborrecimieno adquirido para el sabor de alimentos cuyo consumo ha provocado una enfermedad. En los experimentos, los gamberros de los investigadores dan a las ratas un emético (o sea, un fármaco que produce náuseas) después de consumir un alimento de sabor desconocido. Con sólo una vez, las ratas ya aprenden a evitar el sabor (¡vaya si son listas las ratas!). Esta reacción tan tonta y caprichosa no lo es tanto, ya que es vital para sobrevivir en el ambiente natural donde los alimentos no tienen etiqueta con fecha de caducidad ni garantía sanitaria. Dice el genial John P. J. Pinel, en su libro “Biopsicología”, que las ratas y muchos otros animales (incluidos nosotros) son neofóbicos, esto es, tienen miedo de lo nuevo. La aversión al sabor también aparece ante sabores conocidos aunque generalmente necesita más de una ocasión para que sea aprendida. Tristemente, esta conducta se observa en algunos enfermos de cáncer cuando toman alimentos antes de pasar por la quimioterapia y sus nauseas. Hay otras situaciones más alegres sobre este tema: Pinel cuenta su peculiar aversión al sabor después de tomar ponche y tarta de arándanos.

Seguro que habrá algún tipo inteligente que se pregunte qué tiene todo esto que ver con la Bolsa…

Como ya he nombrado en otro artículo anterior, según parece, alrededor del noventa por ciento de la gente que opera en Bolsa, acaba perdiendo. A lo largo de estos años, con cierta frecuencia, me he encontrado personas que cuando les insinúo algo que tenga que ver con el Trading mueven los bigotes con un gesto de ratón (o los ojitos de ratita presumida) como queriendo decir “una y no más, Santo Tomás”. Aversión Condicionada al Sabor de la Bolsa. No es tan malo, nos ayuda a aprender…

 

(Siguen Los del Río “…Sevilla enamora al mundo por su manera de ser, por su calor, por sus ferias. Sevilla tuvo que ser…”).

 

La vida es apasionante, descubre tu suerte.

Lucas MacHouse.

 

PD: Me vais a permitir que en esta ocasión le haga un homenaje a mi jaca Veguita. Un tres sangres tordo muy bien educado a la vaquera,  planta impecable y gracia en el andar desde el mosquero al final de la baticola, con un corazón noble y entregado que enamora. De Sevilla tenía que ser.

Publicado por

Lucas Machouse

Soy Lucas MacHouse, psicólogo y un estudioso de la Bolsa. Ambas facetas me apasionan. Y aunque a primera vista puedan parecer irreconciliables las emociones, lo subjetivo, lo profundo… de la persona con la frialdad, lo superficial, lo cuantificable de los números y el dinero, la conexión entre ellas es amplia y rica.

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