Hoy toca dia de descanso. Asi que aprovecho para dormir un poco mas. Pero la mujer de la pension a las siete y media empieza a llamar a la puerta. Yo feliz en la cama no le hago caso. Ella grita : mister, today or tomorrow! Estos dias anteriores, aunque me ha dado realmente un buen precio, muy bueno, siempre estaba con que si le pagaba ahora, si le pagaba luego… «con lo feliz que estoy durmiendo y esta mujer me molesta… si ya le dije ayer que seguramente me quedaria, y estoy todavia aqui, puede entender que me quedo…». Asi hasta las nueve que por fin me levanto y como puedo le digo que si no le parece que se aun estoy alli es porque me quedo. Ella me dice, «sorry, sir». Luego lo entendi. Era domingo y se queria marchar todo el dia. Ella necesitaba saber si me iba para poder marcharse tranquila. Los prejuicios nos juegan malas pasadas. Yo pensaba que ella tenia un prejuicio sobre mi (que me iba a ir sin pagar, cosa que es un halago ya que suelo dar la imagen de todo lo contrario) y realmente era yo el que tenia un prejuicio sobre ella.
Encuentro un ciber cafe y aprovecho para poner al dia el blog.
Todo el dia me ronda la idea de volver al monasterio y estar otro dia mas con esta gente. No se que hacer.
Al final compro algo de fruta para llevarla manana al monasterio. Ire.
Hoy que no hay viaje aprovecho para contar alguna de las conversaciones que tuve con el grupo de paisanos anoche mientras en la tele se veia Eurovision. Uno de ellos me comento que no entendia como en Espana en los bares la gente tira las cosas al suelo. Yo le dije que solo eran papeles y antes, cigarros, que no era comida o cosas que manchasen. Pero es verdad, si uno lo piensa bien, no es muy vistoso, aunque tiene su punto. Aunque, luego llego mi turno: le dije que yo tampoco entendia como los griegos cuando estan de fiesta tiran las copas al suelo. Le dije que lo veia raro porque ademas parecia peligroso. El me contesto que llevaba razon, que cuando estan contentos rompen toda la vajilla, ja, ja. En fin, en el mediterraneo hacemos cosas muy raras. Y por que no!
Otro tema de conversacion era que no entendian como doblabamos las peliculas, que se perdia el encanto. Yo le di la razon pero tambien le dije que era un poco pesado estar a la pelicula y a los subtitulos. Y que el oficio de doblador era todo un arte. De hecho son actores. Y tienen mucho carisma. Me viene a la memoria la reciente muerte de la entranable Matilde Conesa. Siempre que el periodista Carlos Herrera la veia le pedia> «Matilde, dime que me quieres», y ella con una voz que enamora, de pelicula, le decia: «te quiero». Te quedas en el sitio, con la boca abierta y cara de tonto.
Por ultimo, otra curisidad por la que les pregunte es por una especie de rosario que llevan muchos hombres en la mano. Le pregunte si era una cuestion religiosa y el me dijo que normalmente no, que ese es otro objeto. Lo que suelen llevar es un cordon con unas bolitas insertadas que se llama Kompoloi y jugando con el matan el rato, se entretienen cuando no tienen nada que hacer. O juegan con el mientras conversan. Me dijeron que era mas de personas mayores y que tenia influencia de la zona de Turquia. Quizas sea una herramienta eficaz para el ronroneo de la mente aunque nos se si yo seria capaz de utilizarlo, seguro que el primer dia lo perdia.