Me he levantado tarde, he desayunado una especie de bollo salado muy rico en una pasteleria. Y luego un cafe griego. Que es como un cafe de puchero, espeso… rico. Despues he ido a visitar una ermita ortodoxa del profeta Elias, en lo alto de la ciudad. Estaba cerrada con llave, pero con la llave en la puerta. Muy antigua, pequena, con encanto. Las vistas espectaculares.
Luego, en la parte baja de Konitsa he visitado el puente sobre el rio Aoos. Tiene veinte metros de algura y es uno de los mas altos de todos los balcanes. Me encuentro a unos profesores que van de excursion con los alumnos. charlamos un rato.
Y seguido, continuo por el valle atraido por su belleza, por el rio, los colores, los arboles… hasta llegar a un monasterio. Siete kilometros y medio duros pero espectaculares. Por el camino me encuentro a un matrimonio de alemanes jubilados muy majos con los que charlo un rato. Al llegar al monasterio he encontrado a unos canteros trabajando la piedra. Estan construyendo una ermita nueva. Visito la ermita antigua. Es como viajar en el tiempo. Me han ofrecido unos dulces con un toque de gengibre. Hay dos monjes, uno de ellos muy mayor. Visten habito negro y tienen la barba y el pelo largos. Me he quedado un buen rato observando como trabajaba la piedra. 
He charlado con el cantero un poco de aquellas maneras, con el traductor del movil. Me ha preguntado cual era mi oficio. Yo por decirle algo le he contestado que era profesor (soy profesor de yoga) y el reflexionando un poco me ha contestado que el tambien era maestro, queriendo decir que era maestro en su oficio, maestro cantero. Yo he hecho alguna cosa en madera y en hierro y siempre he tenido la ilusion de aprender a trabajar la piedra. En fin. Tras disfrutar de los paisajes de ensueno que rodean al monasterio y iniciado el descenso, pensativo, direccion a Aristi, Vikos y Papingo. Aqui en medio de la lluvio un senor muy majo me aconseja las mejores rutas para la garganta del Vikos (manana las hare). Me dice que la ruta Vikos-Monodendros es muy peligrosa, me puedo perder, y ademas muy larga. 
Pueblos emblematicos de la garganta del Vikos. Sin palabras. Que montanas, que moles…! Por el camino he encontrado en la carretera una tortuga. Una tortuga en esos precipicios? Y luego ha llegado el diluvio universal. Un concierto de truenos y relampagos en un escenario sin igual, uno de los valles mas profundos del mundo.
Tal es la tormenta que decido volver a Konitsa y volver a hospedarme en el hotel, calentito, seco y tranquilo. Consiguiendo que me baje otro poco el precio.
En el pueblo he comido pita (una especie de kebab en estilo griego).
