Me levanto a las cinco y media, antes de que salga el sol. Según voy llegando a Matera descubro paisajes muy chulos de montañas erosionadas y siluetas de pueblos en lo altom de pelicula. Y por fin llego a Matera. Escenario de muchas peliculas. Merece la pena. Paso alli toda la mañana recorriendo calles y visitando edificios. Salgo despues de comer direccion Taranto. Y rondandome la idea de cambiar mis planes de viaje: en vez de subir hasta Génova, cruzar con Ferri hasta Albania desde Bari.
Taranto es una ciudad moderna, simpática, con grandes buques militares. Al volver al «lungomare» vuelven las carreteras mal asfaltadas. Sufro por la moto y las maletas. Hago kilómetros y kilómetros por toda la costa. Paso por rincones encantadores de playitas con rocas y con barcos pequeños. Mar Mediterráneo azul, azul. Tras varios intentos, por fin encuentro un hotel- camping dónde poner mi tienda en Manduria.